En nuestro país se ha vuelto un verdadero problema, que ha dañado mucho a varios sectores de la sociedad, abarcando diversos aspectos de la vida cotidiana. Y seria redundar mucho dando datos o citando casos por la mayoría conocidos, la drogadicción y el tráfico de las mismas es un problema muy serio para la sociedad de nuestro país, que puede y, en algunos casos, ha afectado de alguna forma a algunas de nuestras congregaciones.
Pero al igual que en la lección anterior, nuestra misión no es hacer proselitismo en contra de estos fenómenos sociales, sino predicar las bendiciones de Dios hacia la humanidad, eso jamás lo debemos dejar de hacer, la predicación del evangelio es la única forma en que la maldad del hombre ha sido detenida desde hacia siglos, en quienes deciden renovar su vida.
De manera que lo único que nos queda hacer, en torno a este gran problema en nuestro país, es orar, pidiendo primeramente la guiaza de Dios, para así poder guiar a nuestras congregaciones y familias; segundo: la protección de nuestro Padre, ya que la inseguridad que todo esto ha generado es mucha, así que pedimos para que no nos afecte en nada, tanto a nivel personal, familiar y congregácional, para que sin ningún problema podamos realizar nuestras actividades, y también podamos salir a predicar el evangelio aquí y todo lugar donde se requiera.
En cuanto al asunto de la drogadicción, es un asunto que se trata de la misma forma que cualquier otro pecado, y como lo decía en la lección pasada, nuestra posición ante esto es predicar en nuestras congregaciones a todos los niveles, y en este casi especifico, predicar aun más, en lo sectores más expuestos que son nuestros niños y jóvenes, jamás dejar de hacer nuestra labor en casa con nuestros hijos e investigar, sobre el tema, para saber reconocer síntomas y saber como actuar a favor de nuestros hijos.
El uso de drogas es tan viejo como el humano mismo, pero en la antigüedad su uso estaba destinado, en exclusiva, a los sacerdotes, ya que se utilizaban para entrar, de una forma más fácil, a otro nivel de conciencia, pretendiendo así hablar con los dioses, las drogas no estaban destinadas a las personas “comunes”, precisamente porque no sabían como controlar su consumo, y los efectos, eso mismo pasa en nuestros días. Ya que en la actualidad el uso legal de las drogas esta restringido únicamente a su uso terapéutico, en el cual en algún momento podríamos también hacer uso de ellas, bajo supervisión medica, lo cual no estaría mal, por que el final es un bienestar para el cuerpo.
No necesitamos de ninguna sustancia para alterar nuestro nivel de conciencia, ya que ahora nuestra conciencia es el Señor, y nos llena completamente en todos los sentidos.
Pero al igual que en la lección anterior, nuestra misión no es hacer proselitismo en contra de estos fenómenos sociales, sino predicar las bendiciones de Dios hacia la humanidad, eso jamás lo debemos dejar de hacer, la predicación del evangelio es la única forma en que la maldad del hombre ha sido detenida desde hacia siglos, en quienes deciden renovar su vida.
De manera que lo único que nos queda hacer, en torno a este gran problema en nuestro país, es orar, pidiendo primeramente la guiaza de Dios, para así poder guiar a nuestras congregaciones y familias; segundo: la protección de nuestro Padre, ya que la inseguridad que todo esto ha generado es mucha, así que pedimos para que no nos afecte en nada, tanto a nivel personal, familiar y congregácional, para que sin ningún problema podamos realizar nuestras actividades, y también podamos salir a predicar el evangelio aquí y todo lugar donde se requiera.
En cuanto al asunto de la drogadicción, es un asunto que se trata de la misma forma que cualquier otro pecado, y como lo decía en la lección pasada, nuestra posición ante esto es predicar en nuestras congregaciones a todos los niveles, y en este casi especifico, predicar aun más, en lo sectores más expuestos que son nuestros niños y jóvenes, jamás dejar de hacer nuestra labor en casa con nuestros hijos e investigar, sobre el tema, para saber reconocer síntomas y saber como actuar a favor de nuestros hijos.
El uso de drogas es tan viejo como el humano mismo, pero en la antigüedad su uso estaba destinado, en exclusiva, a los sacerdotes, ya que se utilizaban para entrar, de una forma más fácil, a otro nivel de conciencia, pretendiendo así hablar con los dioses, las drogas no estaban destinadas a las personas “comunes”, precisamente porque no sabían como controlar su consumo, y los efectos, eso mismo pasa en nuestros días. Ya que en la actualidad el uso legal de las drogas esta restringido únicamente a su uso terapéutico, en el cual en algún momento podríamos también hacer uso de ellas, bajo supervisión medica, lo cual no estaría mal, por que el final es un bienestar para el cuerpo.
No necesitamos de ninguna sustancia para alterar nuestro nivel de conciencia, ya que ahora nuestra conciencia es el Señor, y nos llena completamente en todos los sentidos.