Esta es una lección clave para nuestra vida, ya que muchos hermanos (incluyendo predicadores) creen que toda la vida es para librar esta batalla espiritual, que toda la vida es una lucha entre lo que deseamos hacer y lo que hacemos. La Palabra de Dios nos indica que vivir así es tener una vida miserable Ro 7.24, y en esta lección tenemos las bases para analizar cual es nuestra condición actual, y lo que es mejor, sabremos que es posible salir de esa condición y mejorar espiritualmente delante de Dios, lo que a fin de cuentas sólo nos beneficia a nosotros mismos, en nuestro espíritu.
De acuerdo a la lección la pregunta principal sería: ¿Cómo se anda conforme al espíritu sin satisfacer los deseos de la carne? Esto es todo un proceso, donde intervienen dos factores muy importantes, primero el poder de Dios, y segundo nuestra voluntad de querer verdaderamente cambiar nuestra vida, es totalmente imprescindible que estos dos elementos se conjuguen para que nuestro ser espiritual sea renovado y ahora si podamos andar conforme al espíritu.
El comentario de la lección en su párrafo dos nos dice algo muy importante que quiero interpretar de la siguiente forma, estamos tan habituados (y es que son muchos años) a nuestra forma de ser, a como nos conoce la gente, que cambiar esa forma que todos conocen de uno es lo más difícil, por eso la lección dice que nuestro ego se resiste a dejar la antigua forma.
Por eso una parte importante para lograr vivir en el espíritu también depende del verdadero deseo de cambiar, y esto sólo se da cuando nuestra situación nos causa una verdadera incomodidad, cuando ya no estamos tranquilos con nuestra vida, cuando ya hay mucha molestia por lo que hacemos o pensamos, es ese el momento que si recurrimos al Señor el nos auxilia en ese cambio, Él nos quiere felices; pero hay que estar concientes de que toda nuestra vida cambiara, que ya no volveremos a ser, ni hacer lo mismo, pero que esta nueva vida será mucho mejor a la anterior. Hay que romper con los miedos, que son los nos impiden ser diferentes y crecer en el espíritu.
Son estos momentos de indecisiones, de deseos de cambios, de inconformidad, cuando se inicia la batalla de la que se habla en la lección, ya que el conocimiento de Dios nos indica que es necesario un cambio, pero nuestra antigua vida nos tiene aun con ataduras que nos impiden llevar a cabo ese verdadero cambio. Y hay muchos hermanos que viven esto por años, lo cual como comente con anterioridad es una situación de miseria. De ahí la importancia de atender a esta lección.
La única formula para seguir en crecimiento en nuestra vida espiritual es la disposición absoluta al verdadero cambio, estar totalmente dispuesto a vivir con el Señor y por el Señor. Y es que cuando nuestra vida nos produce un verdadero fastidio, la única formula para cambiar eso, es el acercamiento a Dios, y Él de forma cariñosa, nos dará todo lo necesario para iniciar una nueva vida.
Si atendemos a la lección y seguimos detalladamente las preguntas, aprenderemos aspectos importantes para nuestra vida en el espíritu.
De acuerdo a la lección la pregunta principal sería: ¿Cómo se anda conforme al espíritu sin satisfacer los deseos de la carne? Esto es todo un proceso, donde intervienen dos factores muy importantes, primero el poder de Dios, y segundo nuestra voluntad de querer verdaderamente cambiar nuestra vida, es totalmente imprescindible que estos dos elementos se conjuguen para que nuestro ser espiritual sea renovado y ahora si podamos andar conforme al espíritu.
El comentario de la lección en su párrafo dos nos dice algo muy importante que quiero interpretar de la siguiente forma, estamos tan habituados (y es que son muchos años) a nuestra forma de ser, a como nos conoce la gente, que cambiar esa forma que todos conocen de uno es lo más difícil, por eso la lección dice que nuestro ego se resiste a dejar la antigua forma.
Por eso una parte importante para lograr vivir en el espíritu también depende del verdadero deseo de cambiar, y esto sólo se da cuando nuestra situación nos causa una verdadera incomodidad, cuando ya no estamos tranquilos con nuestra vida, cuando ya hay mucha molestia por lo que hacemos o pensamos, es ese el momento que si recurrimos al Señor el nos auxilia en ese cambio, Él nos quiere felices; pero hay que estar concientes de que toda nuestra vida cambiara, que ya no volveremos a ser, ni hacer lo mismo, pero que esta nueva vida será mucho mejor a la anterior. Hay que romper con los miedos, que son los nos impiden ser diferentes y crecer en el espíritu.
Son estos momentos de indecisiones, de deseos de cambios, de inconformidad, cuando se inicia la batalla de la que se habla en la lección, ya que el conocimiento de Dios nos indica que es necesario un cambio, pero nuestra antigua vida nos tiene aun con ataduras que nos impiden llevar a cabo ese verdadero cambio. Y hay muchos hermanos que viven esto por años, lo cual como comente con anterioridad es una situación de miseria. De ahí la importancia de atender a esta lección.
La única formula para seguir en crecimiento en nuestra vida espiritual es la disposición absoluta al verdadero cambio, estar totalmente dispuesto a vivir con el Señor y por el Señor. Y es que cuando nuestra vida nos produce un verdadero fastidio, la única formula para cambiar eso, es el acercamiento a Dios, y Él de forma cariñosa, nos dará todo lo necesario para iniciar una nueva vida.
Si atendemos a la lección y seguimos detalladamente las preguntas, aprenderemos aspectos importantes para nuestra vida en el espíritu.
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