lunes, 13 de diciembre de 2010

Lección 12 - Un nuevo ciclo


Creo que el objetivo de la lección es enseñarles a nuestros niños a no festejar el año nuevo, por lo cual los argumentos que da la lección se me hacen sumamente forzados.

Hay temas en los cuales la Palabra de Dios no nos da muchos argumentos, y muchas veces en el afán de buscar argumentos bíblicos, se termina forzando versículos o situaciones, como creo que este es el caso.

Si entiendo bien la lección aprenderé que, bíblicamente, el año nuevo o el inicio de un nuevo ciclo no es en enero sino en marzo, por lo cual no se festeja en enero el año nuevo, pero me surge una duda ¿Podemos festejar el año nuevo en marzo?

Y esta duda surge a raíz de forzar los textos bíblicos con el afán de mostrar el porque no festejamos el año nuevo.

Por lo cual es necesario hablar un poco del año nuevo desde una perspectiva más apegada a nuestra conducta y sin forzar los textos bíblicos.
Efectivamente en la Palabra de Dios para el pueblo de Israel y sólo para el pueblo de Israel, el año nuevo inicia aproximadamente en marzo, aunque si investigamos un poco más, nos encontramos con otro inicio de ciclo aproximadamente en septiembre el llamado “Rosha Shana”; y si nos damos cuenta los judíos festejan, al menos el de septiembre; pero esto no es parámetro que nos indique que nosotros debemos de festejar, ya que esas son fiestas exclusivas del pueblo de Israel, no son parte de nuestra cultura, y esa es la base del porque no festejamos el año nuevo en ninguna fecha sea bíblica o no.

No vemos en ninguna parte de las Escrituras, que la iglesia de Dios del primer siglo, haya festejado el año nuevo en ninguna fecha, entonces independientemente del calendario que usemos, como Iglesia de Dios no celebramos el año nuevo, porque no es parte de nuestra cultura.

De manera que cualquier texto que se quiera utilizar, de la forma que sea, para querer demostrar que no celebramos el año nuevo esta siendo forzado. Los argumentos históricos que da la lección son buenos, pero a pesar de ellos, esa no es la razón por la cual no celebramos el año nuevo.

Leccion 12 - La Batalla interior


Esta es una lección clave para nuestra vida, ya que muchos hermanos (incluyendo predicadores) creen que toda la vida es para librar esta batalla espiritual, que toda la vida es una lucha entre lo que deseamos hacer y lo que hacemos. La Palabra de Dios nos indica que vivir así es tener una vida miserable Ro 7.24, y en esta lección tenemos las bases para analizar cual es nuestra condición actual, y lo que es mejor, sabremos que es posible salir de esa condición y mejorar espiritualmente delante de Dios, lo que a fin de cuentas sólo nos beneficia a nosotros mismos, en nuestro espíritu.

De acuerdo a la lección la pregunta principal sería: ¿Cómo se anda conforme al espíritu sin satisfacer los deseos de la carne? Esto es todo un proceso, donde intervienen dos factores muy importantes, primero el poder de Dios, y segundo nuestra voluntad de querer verdaderamente cambiar nuestra vida, es totalmente imprescindible que estos dos elementos se conjuguen para que nuestro ser espiritual sea renovado y ahora si podamos andar conforme al espíritu.

El comentario de la lección en su párrafo dos nos dice algo muy importante que quiero interpretar de la siguiente forma, estamos tan habituados (y es que son muchos años) a nuestra forma de ser, a como nos conoce la gente, que cambiar esa forma que todos conocen de uno es lo más difícil, por eso la lección dice que nuestro ego se resiste a dejar la antigua forma.

Por eso una parte importante para lograr vivir en el espíritu también depende del verdadero deseo de cambiar, y esto sólo se da cuando nuestra situación nos causa una verdadera incomodidad, cuando ya no estamos tranquilos con nuestra vida, cuando ya hay mucha molestia por lo que hacemos o pensamos, es ese el momento que si recurrimos al Señor el nos auxilia en ese cambio, Él nos quiere felices; pero hay que estar concientes de que toda nuestra vida cambiara, que ya no volveremos a ser, ni hacer lo mismo, pero que esta nueva vida será mucho mejor a la anterior. Hay que romper con los miedos, que son los nos impiden ser diferentes y crecer en el espíritu.

Son estos momentos de indecisiones, de deseos de cambios, de inconformidad, cuando se inicia la batalla de la que se habla en la lección, ya que el conocimiento de Dios nos indica que es necesario un cambio, pero nuestra antigua vida nos tiene aun con ataduras que nos impiden llevar a cabo ese verdadero cambio. Y hay muchos hermanos que viven esto por años, lo cual como comente con anterioridad es una situación de miseria. De ahí la importancia de atender a esta lección.

La única formula para seguir en crecimiento en nuestra vida espiritual es la disposición absoluta al verdadero cambio, estar totalmente dispuesto a vivir con el Señor y por el Señor. Y es que cuando nuestra vida nos produce un verdadero fastidio, la única formula para cambiar eso, es el acercamiento a Dios, y Él de forma cariñosa, nos dará todo lo necesario para iniciar una nueva vida.

Si atendemos a la lección y seguimos detalladamente las preguntas, aprenderemos aspectos importantes para nuestra vida en el espíritu.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Lecciòn 11 - La idolatria


Tema muy importante para los niños, esto como parte de nuestra cultura e identidad como iglesia de Dios. La idolatría es el primer aspecto dentro de la ley de Dios, y que mejor que enseñarles a nuestros niños que es la idolatría y como no es parte de nuestras practicas.
Uno es Dios, y fuera de Él a nadie le damos nuestra alabanza y adoración, no hay otro dios en su lugar, cualquier otra forma de adoración es idolatría.
Y que nuestros niños sepan esto es básico, esto es parte de nuestra doctrina, y es por ahí que debemos enfocar nuestros esfuerzos para que los niños sepan quienes somos y porque y para que. Todo para la gloria de Dios.
En cuanto a la lección, no le veo mayor dificultan que saber llevarla por buen camino, y haciendo ver a los niños que esto es lo que somos.

Lección 11 - Trabajando y confiando


Otra lección más que esta enfocada, mucho a trabajo que tenemos como predicadores, aunque claro, que aplica todos aquellos que de alguna forma trabajamos en el trabajo de dar la palabra, tanto en el pulpito como fuera de él.

Y la enseñanza principal, que tenemos en esta lección es la de trabajar, con todas nuestras capacidades, se vean o no se vean los frutos, ya que el hacerlos brotar es única competencia del Señor.

En esta área la Palabra de Dios es muy clara, y hay varias parábolas, donde lo que realmente importa es el trabajo que se hace y lo que se recompensa por el trabajo efectuado; no así por la abundancia o escasez de frutos; esto nos enseña que lo verdaderamente importante es el escuchar el llamado al trabajo y trabajar. Y esto es algo que debemos tener muy en claro, ya que podríamos envanecernos, creyendo que uno es el que hizo que un hermano se convierta al Señor; he escuchado mucho esta expresión: “El hermano que me convirtió”, esto es falso ya que el único que convierte del pecado es el Señor, y esa expresión también nos dice que ese hermanos no se ha convertido al Señor, sino a un ser humano y recordemos lo que dice la palabra de Dios, Jr 17.5 maldito el hombre que confía en el hombre. De forma que la enseñanza principalmente es para los que predicamos, uno esta única y exclusivamente para mostrar el camino, a través del ejemplo y la Palabra, y el Señor hace el trabajo principal en el ser humano.

El comentario de la lección, nos encamina en ese sentido, lo importante para nosotros es trabajar, trabajar y seguir trabajando, los resultados los dará el Señor. Cuando tenemos en mente, que la obra de Dios se hace con el único fin de servir a Dios, los resultados se dan y son buenos resultados, así es Dios, y lo vemos en el ejemplo del trabajo del apóstol Pablo, el trabajaba porque amaba al Señor, y vemos claramente los resultados, por lo cual Pablo sólo daba gracias al Padre.

Las preguntas están muy bien estructuradas ya que primero vemos ejemplos de querer forzar las promesas de Dios, o como por una buena intención (humana) nos equivocamos porque vamos en contra de lo que Dios ha determinado, por eso es importante tener paciencia, y darnos cuenta de que lo que realmente es nuestra labor en la obra de Dios. Por ultimo nos invita a no ser negligentes y seguir en el trabajo ya Dios dará el crecimiento a el fruto.

Los frutos son de Dios, y para Dios, cuando entendamos esto, sabremos que en nuestro trabajo sólo somos instrumentos para contribuir a lo que Dios decida.