lunes, 6 de diciembre de 2010

Lección 11 - Trabajando y confiando


Otra lección más que esta enfocada, mucho a trabajo que tenemos como predicadores, aunque claro, que aplica todos aquellos que de alguna forma trabajamos en el trabajo de dar la palabra, tanto en el pulpito como fuera de él.

Y la enseñanza principal, que tenemos en esta lección es la de trabajar, con todas nuestras capacidades, se vean o no se vean los frutos, ya que el hacerlos brotar es única competencia del Señor.

En esta área la Palabra de Dios es muy clara, y hay varias parábolas, donde lo que realmente importa es el trabajo que se hace y lo que se recompensa por el trabajo efectuado; no así por la abundancia o escasez de frutos; esto nos enseña que lo verdaderamente importante es el escuchar el llamado al trabajo y trabajar. Y esto es algo que debemos tener muy en claro, ya que podríamos envanecernos, creyendo que uno es el que hizo que un hermano se convierta al Señor; he escuchado mucho esta expresión: “El hermano que me convirtió”, esto es falso ya que el único que convierte del pecado es el Señor, y esa expresión también nos dice que ese hermanos no se ha convertido al Señor, sino a un ser humano y recordemos lo que dice la palabra de Dios, Jr 17.5 maldito el hombre que confía en el hombre. De forma que la enseñanza principalmente es para los que predicamos, uno esta única y exclusivamente para mostrar el camino, a través del ejemplo y la Palabra, y el Señor hace el trabajo principal en el ser humano.

El comentario de la lección, nos encamina en ese sentido, lo importante para nosotros es trabajar, trabajar y seguir trabajando, los resultados los dará el Señor. Cuando tenemos en mente, que la obra de Dios se hace con el único fin de servir a Dios, los resultados se dan y son buenos resultados, así es Dios, y lo vemos en el ejemplo del trabajo del apóstol Pablo, el trabajaba porque amaba al Señor, y vemos claramente los resultados, por lo cual Pablo sólo daba gracias al Padre.

Las preguntas están muy bien estructuradas ya que primero vemos ejemplos de querer forzar las promesas de Dios, o como por una buena intención (humana) nos equivocamos porque vamos en contra de lo que Dios ha determinado, por eso es importante tener paciencia, y darnos cuenta de que lo que realmente es nuestra labor en la obra de Dios. Por ultimo nos invita a no ser negligentes y seguir en el trabajo ya Dios dará el crecimiento a el fruto.

Los frutos son de Dios, y para Dios, cuando entendamos esto, sabremos que en nuestro trabajo sólo somos instrumentos para contribuir a lo que Dios decida.

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