lunes, 16 de mayo de 2011

Lección 8 – Yom Kipur


El día de la expiación o del perdón, fiesta muy importante para el pueblo de Israel, refleja en todo momento el sentir de un pueblo arrepentido por los pecados que cometió; toda la ceremonia esta impregnada de ese arrepentimiento y deseo de reconciliarse con Dios.
La ceremonia es rica en detalles y simbolismos para nuestros tiempos, y podríamos analizar varios de ellos, pero el principal y lo que nos ocupa en esta lección es la muerte de los animalitos en lugar de la muerte de los pecadores.
El apóstol Pablo nos dice en la carta a los romanos que la paga del pecado es muerte, por eso todos los pecadores de todos los tiempos merecen la muerte, pero siempre Dios le da recursos a la humanidad para evitar esas muertes. En la antigüedad en el pueblo de Israel se establecen los sacrificios de animales, muere un animalito en lugar del humano, y cada año se estableció un ritual que tiene varios sacrificios por los pecados de los sacerdotes y por los del pueblo e incluso se presenta un animalito en el cual cargan los pecados del pueblo y lo llevan al desierto, llevando lejos los pecados del pueblo. Todo esto con el fin de que no mueran los pecadores sino que los animalitos lleven los pecados de todos y ellos sean los que mueran.

Esta fiesta sin lugar a dudas nos lleva a nuestro Señor Jesucristo, quien es el sacrificio perfecto, ya bien lo dice el autor de la carta a los Hebreos, El entro una sola vez y para siempre al lugar santísimo como en la antigüedad donde entraba una vez al año el sumo sacerdote, Cristo entra una vez y para siempre, porque su sacrificio es perfecto.

En el caso de esta fiesta del día del perdón, el símbolo para nuestros días es muy claro, las Escrituras lo dejan ver así, por eso lo decimos de esta forma tan abierta.

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