Otra lección muy adecuada para los niños, otro aspecto más de cómo nos conducimos los hijos de Dios, siempre con veracidad, siempre sinceramente, siempre sin engaños.
Si bien el ser humano, por su deficiencia humana, se inclina a la mentira, como lo dice la lección, con el fin de evitar la consecuencia, dolorosa, de sus actos; si nosotros como adultos no decimos mentiras en ningún momento, nuestros hijos se darán cuenta que la verdad es un gran valor en nuestras vidas.
La mentira se da por varios aspectos, uno de ellos es por temor a un castigo, pero como padres sabios nosotros sabemos que no aplicamos castigos a nuestros hijos, sino que les mostramos cuales son las consecuencias de sus actos, no aplicamos un castigo para lastimarlos o destruirlos sino para que aprendan que su actos tiene consecuencias no agradables, así que lo mejor es hacer las cosas correctamente. Así si un día se equivocan saben que no les lastimaremos físicamente o emocionalmente, así no temerán por el dolor, y a pesar de las consecuencias nos dirán la verdad.
Otra razón por la que pueden mentir es para llamar la atención, pero esto tiene que ver con la falta d autoestima, lo cual no es culpa de ellos, sino de los padres que no han sabido amar, y enseñarles a sus hijos a amarse; nuestros hijos sienten que les prestan la atención adecuada y por eso buscan la atención de cualquier forma y si eso se puede hacer mediante mentiras de cosas que supuestamente viven en la escuela, lo harán sin problemas.
Como padres hay que estar muy atentos a lo que nos cuentan nuestros hijos, y como lo cuentan; detectar si nos mienten y antes de castigar por la mentira, mejor averiguar porque nos están mintiendo, quizás los equivocados seamos nosotros, también hay que estar abiertos a la posibilidad de que nuestros hijos, igual que cualquier otro humano, nos puede mentir, no cegarnos por un falso amor, si detectamos la mentira podemos corregir de una o de otra forma dicha situación.
Si bien el ser humano, por su deficiencia humana, se inclina a la mentira, como lo dice la lección, con el fin de evitar la consecuencia, dolorosa, de sus actos; si nosotros como adultos no decimos mentiras en ningún momento, nuestros hijos se darán cuenta que la verdad es un gran valor en nuestras vidas.
La mentira se da por varios aspectos, uno de ellos es por temor a un castigo, pero como padres sabios nosotros sabemos que no aplicamos castigos a nuestros hijos, sino que les mostramos cuales son las consecuencias de sus actos, no aplicamos un castigo para lastimarlos o destruirlos sino para que aprendan que su actos tiene consecuencias no agradables, así que lo mejor es hacer las cosas correctamente. Así si un día se equivocan saben que no les lastimaremos físicamente o emocionalmente, así no temerán por el dolor, y a pesar de las consecuencias nos dirán la verdad.
Otra razón por la que pueden mentir es para llamar la atención, pero esto tiene que ver con la falta d autoestima, lo cual no es culpa de ellos, sino de los padres que no han sabido amar, y enseñarles a sus hijos a amarse; nuestros hijos sienten que les prestan la atención adecuada y por eso buscan la atención de cualquier forma y si eso se puede hacer mediante mentiras de cosas que supuestamente viven en la escuela, lo harán sin problemas.
Como padres hay que estar muy atentos a lo que nos cuentan nuestros hijos, y como lo cuentan; detectar si nos mienten y antes de castigar por la mentira, mejor averiguar porque nos están mintiendo, quizás los equivocados seamos nosotros, también hay que estar abiertos a la posibilidad de que nuestros hijos, igual que cualquier otro humano, nos puede mentir, no cegarnos por un falso amor, si detectamos la mentira podemos corregir de una o de otra forma dicha situación.
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