lunes, 20 de junio de 2011

Lección 13 – Indumentaria de la mujer cristiana


Somos hijos de Dios, y como tal nos regimos por las escrituras que son la Palabra de Dios. El tema que nos ocupa en esta lección es la forma en que la mujer, como hija de Dios, viste.
Aquí el punto principal es saber del porque el uso de ropas, si tenemos en claro ese aspecto no tendremos problemas en determinar como un varón de Dios se viste. En el génesis nos indica que es por pudor o vergüenza, pero esa vergüenza no es delante de Dios, ya que Dios no siente vergüenza y además El nos hizo, nos conoce a la perfección, así que no nos vestimos en función de Dios, nos vestimos en función del propio ser humano, ya que nos vestimos para cubrir las partes de nuestro que consideramos más decorosas 1Co 12.22-24 y estas son las que tienen que ver con el aspecto sexual, las partes del cuerpo que tienen que ver con la atracción hacia el sexo opuesto, si estas partes las descubrimos y/o las resaltamos con nuestra vestimenta estamos siendo indecorosos, lucimos exactamente igual que los varones comunes que no tienen a Dios.
Otro aspecto importante en nuestra vestimenta es que esta influenciada por la región y la época en la que vivimos, por lo cual al comprar nuestra ropa debemos ser cuidadosos de elegir el diseño adecuado, ya que por el corte de la prenda, al usarla podríamos resaltar esas partes de nuestro cuerpo que deben ser discretas. Antes que la moda esta el cuidar el decoro en nuestro vestir, ahora bien si una prenda de moda es decorosa no hay ningún problema para usarla.
Dentro de nuestro vestir también evitamos lo ostentoso, ya que pueda existir una prenda que cubra sin resaltar nuestras partes decorosas, pero es sumamente ostentosa, ya sea por el diseño, el color, la tela o cualquier otro aspecto, esa prenda la evitamos; como también evitamos los accesorios exagerados o sumamente llamativos o como dice el apóstol Pedro los peinados y/o el maquillaje ostentoso 2Pe 3.3. Los accesorios a los que me refiero son corbatas, mancuernillas, relojes, cadenas, anteojos, anillos, etc, si estos accesorios son llamativos, como varones de Dios los evitamos, ya que el vestir no es el fin, sino que tiene un fin, el cual ya lo vimos. Si algo debe adornarnos eso es nuestra buena conducta.
La lección abarca otro aspecto el cual considero de mucha importancia y este es el aseo y el arreglo personal, gracias a Dios vivimos en una región donde el agua no escasea y por lo mismo podemos bañarnos a diario, lo cual además de ser una aspecto de salud física, también es un aspecto de presentación y de agrado a los demás. El arreglo personal no es pecado el utilizar desodorante o alguna crema para el cuidado de nuestra piel, siempre que no vivamos para ello, sino que sea para una buena presentación y que sea con recato.
Como podemos apreciar el texto anterior es casi igual al comentario a la lección pasada, y es que tanto a varones como a mujeres nos rige exactamente lo mismo en cuanto a nuestra forma de vestir. Somos iguales delante de Dios
En cuanto a la lección veo un detalle en la pregunta 4.
Pregunta 4: La cita de Colosenses y de Efecios no tiene nada que ver con las ropas que cubre nuestro cuerpo, Como en otras ocasiones con el afán de poner varias citas a las preguntas nuevamente se esta forzado los textos.

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