lunes, 29 de agosto de 2011

Lección 10 Una esperanza viva


En esta lección hay algo que no concuerda con la lección pasada, y eso esta en el objetivo. En la lección pasada nos enseñan del gran privilegio que tenemos al ser objeto de la misericordia de Dios y así recibir, de parte de Dios, la identidad de hijos de Dios la cual tiene que ver con nuestra conducta, es decir Dios renueva nuestra vida.
Y en esta lección, nos dicen que hay que renovar nuestra conducta. Nosotros no renovamos nuestra conducta, es muy claro lo que nos dice el apóstol Pablo en Ro 7.14-15, 18. No podemos dejar de hacer lo malo, porque somos esclavos del pecado, jamás por nuestras propias fuerzas por muchas ganas que le pongamos vamos a renovar nuestra conducta. El único ser capaz de quitarnos el pecado y de renovarnos es nuestro Dios por medio del sacrificio de nuestro Señor Jesucristo.
Por lo anterior el objetivo de esta lección esta mal planteado, en todo caso debería decir: Conservar nuestra renovación motivados por la esperanza de una vida eterna con nuestro Padre y Señor Jesucristo.

Como seres humanos tenemos la capacidad de salir adelante en nuestra vida, y llevar una buena vida en todos los sentidos e incluso más haya de lo común, tanto en lo profesional, en lo económico, en lo emocional, con nuestra pareja, nuestros hijos, familia, vecinos, en fin, a esto la gente le llama ser una persona exitosa. Incluso esta persona podría tener la capacidad de dejar un legado no sólo en lo material sino también en lo intelectual o emotivo, por su obra podría ser recordado y amado por generaciones; pero todo esto no se compara con lo que nos ofrece nuestro Padre.
Lo que ofrece nuestro Dios es, por mucho, mayor que todo eso, es la trascendía total y absoluta, ya que consiste en obtener la vida eterna, el Padre nos compartirá de su naturaleza 2Pe 1.4. Esta es la gran promesa que Dios nos da cuando somos parte de su pueblo, una vez que nos ha renovado.
En esta esperanza es en la que vivimos, es por esta esperanza por lo que nos esforzamos en conservar esa renovación y cada día seguir en el crecimiento hasta llegar a la estatura de nuestro Señor Jesucristo.

Me gusta la idea de motivarnos a seguir en el camino, por medio de esta grande esperanza. Si un día se le dijo a Josué esfuerzate y se valiente, una vez que hemos sido renovados por nuestro Señor, es cuando se aplican estas palabras, a nuestra vida, para que esta vida en su momento sea transformada en vida eterna.

1 comentario:

El Principito dijo...

Upsss, tienes razón, no me di cuenta de ese detalle del objetivo. La lección la realice; pero estaba peor. Te mando al correo la original.