lunes, 22 de agosto de 2011

Lección 9 Hijos de Dios, nuestra identidad

En el texto para memorizar hay una verdad absoluta, todos somos hijos de Dios, pero para eso hay una condición, que sea mediante la fe en el Señor Jesucristo. Somos hijos por adopción, porque el Padre nos ha querido hacer hijos suyos, pero igual nosotros aceptamos ser hijos y nos ajustamos a la forma del Padre, dejando atrás toda forma de vida antigua, eso es tener la fe de Jesús.

Para mi gusto yo cambiaria el objetivo y quedaría de la siguiente manera: Comprender que como miembros de la Iglesia de Dios, tenemos la identidad de hijos de Dios. No es que debamos tener la identidad de hijos de Dios, sino que desde que Dios deposita su simiente en nosotros 1Jn 3.1, 9. El nos da esa identidad; la identidad no es algo que nos ganemos producto de nuestro esfuerzo, Dios nos lo otorga por su misericordia. Donde si ponemos nuestro esfuerzo es en conservar esa identidad de hijos de Dios.

La pregunta cuatro: Vuelve nuevamente el concepto de nuestra conducta como deber y no como una nueva forma de vida, explico: La pregunta uno, dos y tres me lleva por el camino de que soy privilegiado al ser hecho hijo de Dios, porque acepte que el Señor Jesús gobierne mi vida y la transforme, por lo cual si ya me transformo el Señor entonces ahora tengo una nueva forma de vida, mi conducta ya no es un deber sino una actitud. Ya no me esfuerzo por hacer el bien, ya lo hago porque el Señor habita en mí. Entonces la pregunta cuatro no debe decir así: ¿Cual es nuestra conducta en el mundo?

Somos hijos de Dios, eso es una realidad, porque Dios tiene misericordia de nosotros, si nos ocupamos de nutrir nuestro espíritu, seguimos conservando esa identidad de hijos de Dios, y como dice la lectura de la lección, si somos hijos también herederos.

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