lunes, 26 de julio de 2010

Lección 5- Nuestro cuerpo, templo de Dios


Al ver el titulo de esta lección me emocione mucho, y es que es bueno hacerle saber a nuestros niños que el cuerpo que tienen, no es suyo, sino sólo un vehículo que nos sirve para estar en este mundo, por lo cual es nuestra responsabilidad el cuidar y hacer buen uso de este cuerpo.

Estos son mis comentarios a la lección.

Objetivo.
Por la expectativa que me genero el titulo de la lección, pensé que solo se hablaría del cuidado que le damos a nuestro cuerpo, pero veo en el objetivo de la lección, que se pretenden también hablar del cuidado al espíritu. Para mi gusto estos dos aspectos se podrían ver dos lecciones por separado, y en una tercera lección analizar como lo que hacemos de daño a nuestro cuerpo también le hacemos daño a nuestro espíritu, o el daño que le hacemos a nuestro cuerpo es porque tenemos dañado el espíritu.

Introducción.

Párrafo uno: Efectivamente es responsabilidad nuestra cuidar este cuerpo que Dios nos da, pero no sólo por el hecho de que podemos enfermar y dolernos por ello; la principal razón es que Dios habita en este, cuerpo-templo, si hay un lugar donde Dios verdaderamente vive, es en nuestro cuerpo, y no en nuestras construcción de cemento; por lo cual tenemos cuidado de conservar en buenas condiciones y en funcionamiento este cuerpo.
Párrafo dos: Creo que ningún niño de los nuestros se haría un tatuaje, quizás le llame la atención o hasta quizás se haya rayado el cuerpo con una pluma, pero un tatuaje es otra cosa; por lo cual creo que el ejemplo que se pretende utilizar para el cuidado del cuerpo no es el apropiado; por eso sugiero poner ejemplos más reales al respecto, quizás los siguientes les ayuden un poco a la exposición de la lección el próximo sábado; el desvelarse, le hace daño al cuerpo y a la mente; el abusar de ciertos alimentos que pueden cuasar problemas de salud, como el azúcar, el picante, la comida chatarra; el exponernos mucho al sol, también causa problemas a este cuerpo; el abuso de los video juegos si son, como dice la lección, dañinos al cuerpo; y también dependiendo de ciertas condiciones genéticas, algunos niños son alérgicos a ciertas sustancias o animales o alimentos, por lo cual e responsabilidad nuestra conocer estas circunstancias para que con ayuda de los padres podamos cuidar mucho más este cuerpo, a fin de mantenerlo sano y que sea una habitación limpia para Dios.

Párrafo tres: La más grande consecuencia de que Dios habite en nosotros es que nos ayuda a sanar nuestro espíritu, y a mantenerlo sano. Por esa razón cantamos y alabamos a Dios, y Dios nos sigue bendiciendo, lo cual se convierte en un círculo virtuoso. Dios nos da bendición, nosotros bendecimos, porque tenemos un cuerpo sano donde habita Dios.

Preguntas:

Pregunta uno: La cita esta mal aplicada, ya que cuando Daniel dice que propuso no contaminarse con la comida del rey, no habla de su cuerpo, sino de su fe como hijo de Dios; y la pregunta habla de la importancia de cuidar el cuerpo. Por lo cual creo que la pregunta se contesta con las citas de la pregunta dos y tres, o en todo caso esa pregunta sobra.
Pregunta tres: La cita de 1 de Juan es la respuesta a todo el enigma que muchas veces nos planteamos, acerca de cómo es posible, hacer la voluntad de Dios y que nuestro espíritu se mantenga sano y en crecimiento. Sólo dejando que Dios deposite su simiente en nosotros, se lleva a cabo la transformación de nuestro ser, así somos hijos de Dios, así no pecamos más, así Satanás no nos toca más, así igualmente podemos poner un mejor cuidado de este cuerpo, porque sabes que mientras estemos vivos, vivimos para el Señor en cuerpo y mente sanos.
Y eso es un don de Dios no porque nos esforcemos en alcanzarlo, sino porque Dios nos lo otorga por el puro afecto de su voluntad Ef 1.5

Reflexión: Uno no se gana la salud del espíritu, yendo a la iglesia, orando, cantando, leyendo la Biblia, sino ha sido tocado por Dios antes; lo primero es disponerse a ser renovado por Dios, y Dios nos dará esa salud, y nos dará las herramientas para cuidar de esa salud en cuerpo y espíritu, y ahora si oramos, cantamos y vamos a la iglesia, eficientemente, en respuesta de lo que Dios nos ha dado.

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